Un nuevo artículo de Amalia Revuelta:
Que duda cabe que, en el deporte base, es donde está el talento del “futuro deportivo”, pero también es cierto que en la medida que se siga anteponiendo el “enfoque resultadista” que impera en el fútbol profesional a la formación deportiva y personal, se seguirá obteniendo un nivel de rendimiento menor del estimado. Menor del que cabría esperar si se protegiera el derecho que todo niño y joven futbolista tiene a disfrutar, creciendo en un entorno seguro y saludable. Como finalidad principal, este deporte, tiene la de contribuir al desarrollo de la personalidad, logrando un futbolista apto psicosocialmente, capaz de enfrentarse y superarse en las adversidades cotidianas (sentarse en el banquillo, lesiones, dificultad en el aprendizaje de habilidades técnicas, etc.), a fin de cuentas, lograr aprovechar las oportunidades, y solucionar todos los conflictos que se le presenten.
Aprender a manejar estrategias que ayuden a fortalecer la confianza del futbolista, pasa por enseñar con igual acento a controlar el estrés que muestran muchos de ellos, en los entrenamientos o partidos, por no conseguir lo que quisieran o necesitan, entre los diversos motivos que pueden originar esta situación. En el contexto que nos ocupa – la enseñanza de fútbol en iniciación – los entrenadores de fútbol base deben incorporar en su metodología de entrenamiento, técnicas psicológicas que enseñen a los futbolistas jóvenes a controlar el estrés por jugar o no, a mejorar la concentración en cada partido, a aumentar la confianza en sí mismos, cuando se esfuerzan y consiguen éxitos, pero sobre todo, a obtener el nivel de activación óptimo que necesita cada uno de ellos para controlar y regular el nivel emocional propio en estas edades.
Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de estrés y de activación en fútbol base?
- El estrés es una respuesta automática y natural de nuestro cuerpo ante una situación que resulta amenazadora o desafiante. El entrenamiento y la competición de fútbol base exige una continua adaptación a las exigencias; por tanto, cierta cantidad de estrés (activación) es necesario para estar preparado y dispuesto. (Buceta, 2005)
- El nivel de activación es la intensidad de la conducta (Gill, 1986), una función que da energía al organismo (Landers y Boutcher, 1986), que fluctúa desde un profundo sueño en un extremo y una elevada excitación en el otro (Malmo, 1959).
Básicamente se trata de que los técnicos deportivos enseñen a orientar la “energía psíquica” a concentrarse en la activación mental, y desviar la atención de los pensamientos negativos que impulsan la ansiedad, ya sea cognitiva o física. Esta “energía psíquica” es la vitalidad y la intensidad con las que funciona el pensamiento, pudiendo ser positiva, cuando hay ilusión, alegría, y negativa cuando se experimenta ansiedad o nerviosismo, cuando no salen las cosas, en vez de redirigir la atención hacia seguir esforzándose hasta que se alcancen los objetivos.
Sentando la importancia de enseñar a los niños y jóvenes a manejar estos recursos psicológicos, está claro que todos necesitan un cierto grado de “tensión” cuando se les programa un reto. Este nivel de “tensión” es diferente según cada futbolista y para cada tarea deportiva en concreto. En esta situación, eljugador está mentalmente alerta con una gran sensación de autoconfianza y autocontrol emocional.
El nivel de activación general influye en el rendimiento de los deportistas afectando su funcionamiento físico y psicológico, por lo tanto es importante señalar que:
- La Activación, que ayuda al futbolista a tener sensaciones positivas, la impulsa la motivación que tenga el jugador por querer seguir aprendiendo y formándose
- La Activación, que produce sensaciones negativas, está motivada por el Estrés
¿Conclusión? Enseñar a descubrir cual es el Niveldeactivación óptimo que necesita cada miembro delequipo para estar en las mejores condicionesderendimiento, entendiendo “el Rendimiento” no como Resultado, sino como puro aprendizaje y desarrollodecapacidades deportivas. Hardy, Jones y Gould, 1996, lo definen como un “estado multidimensional complejo que refleja la preparación deanticipacióndel organismo para responder” . Ya sea energía física o psíquica, esta especie de “activaciónemocional” es lo más parecido al “estrés bueno”.
Y sin querer dar una recetilla, existen estrategias de afrontamiento, muy sencillas, para lograr el nivel de
activación óptimo que todos los técnicos deportivos pueden enseñar a sus jugadores:
Ayudar a que lo aprendido se memorice gráficamente, en la medida que lo permita la edad evolutiva del futbolista, a través de las sensaciones positivas que viven tras conseguir logros personales o deportivos
Enseñar a que tras los errores, se deben repetir en la cabeza palabras clave que dirijan supensamiento hacia lo positivo de la situación
Proporcionar un feedback positivo tras cualquier esfuerzo realizado, independientemente del resultado de la actuación. De esta manera se desarrollará una sensación de competencia y autoconfianza
Enseñar que “las emociones positivas” se consiguen no solo a través de mejorar técnicamente, sino también, por valorar a los compañeros que también juegan, el esfuerzo diario, y todas aquellas situaciones, no estrictamente técnicas, que hacen sentir bien
Enseñar a seleccionar cuál es el nivel de activación que se requiere en las distintas situaciones – entrenamiento y competición – utilizando una escala subjetiva de 0 – 10, para poder aprender a regular el estado emocional del jugador.
Y como se dejan aspectos muy importantes en los que profundizar, se emplazan para la próxima semana, en este mismo espacio. Diviértanse, es saludable.
Amalia Revuelta Candón.